"No
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?"
(En esta noche, en este mundo (fragmento), Alejandra Pizarnik)
Intentar comunicar(se) a través de la escritura resulta ser todo un fracaso ya que no basta con hallar la fórmula "correcta" para expresar (como sugería el tipo del bar en "Vivir su vida"), sino, el otro, debe contar con la llave "correcta" para abrir la puerta indicada (imaginada por quien escribe cuando escribe) . Ya, intentar expresar a través de la escritura es un acto arriesgado (porque nunca se sabe si las palabras escritas caerán al precipicio(como sucede a menudo) o lograrán ser alcanzadas por la red adecuada/imaginada); dirían que sólo "el poeta" sabe utilizar la escritura para expresar. Pero, escribir las emociones ¿da cuenta real de las emociones? (los nominalistas creyeron en su momento que nombre y objeto compartían la misma naturaleza). El poema de Pizarnik alude explícitamente a la (in)capacidad de la escritura/habla ("¿beberé?") y, del mismo modo, a la (in)capacidad del poeta ("si digo") de hacer sólo una vaga referencia a algo real y de verse siempre superados por lo referido. El expresar a partir de la escritura produce una sensación final de frustración, porque no existe conformidad con el mero acto de referir a algo; el deseo es, en el fondo, traducir el referente, cifrarlo, palabrearlo, atraparlo en el nombre. La escritura no se asume escritura; siempre ansía ser algo distinto de sí misma. La poetización de esta incapacidad es, en sí misma, el intento fallido por escribir lo incapaz que se es. Por eso es bello el poema de Pizarnik. Por esa honestidad con que se asume superado. Escritor y escritura, pese a intentar volverse el referente mismo (en la expresión, al menos), no pasan de ser como los gatos de Louis Wain (Wain siempre ilustró gatos personificados (o personas gatificadas, ah??? jajaja) =P
Tema: Yo la tengo, my little corner of the world.
Ilustración: Louis Wain.
Versos: Alejandra Pizarnik.
Tontuna: toda mía