sábado, 16 de abril de 2011

Mi y-o o la página en blanco

"No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino con mis voces", Alejandra Pizarnik.
La incertidumbre de quien escribe y se- escribe no es grata. Siempre está la duda sobre si las palabras realmente significan lo que se quiere que signifiquen, tanto para quien codifica como para quien decodifica (estos términos lingüísticos, siempre tan prácticos). Mi escritura soy yo, y yo soy mi escritura implica un irse construyendo (o de-construyendo) a partir de la palabra. Por lo tanto, si no tengo plena conciencia sobre si lo que escribo es realmente lo que quiero escribir, poca podría tener sobre quien voy /siendo/. La escritura media entre quien soy y quien seré. Pero no aquella que es producto de la grafía, sino la que (no) se-escribe de modo paralela a ésta, la que permanece a nivel paradigmático, la rechazada por nuestra mano. La escritura ausente. Por ello, a nivel textual, el verdadero oficio consiste en ir-se borrando. Es este acto el más honesto. No escribir. La página en blanco es el mejor testimonio de quien escribe.