te digo que este país
es un caldo de cultivo
para todo tipo de excentricidad
que la torta de la fama aquí es tamaño familiar
y que los trozos dejan con hambre a las estrellas
que la fama es emífera -según un connotado futbolista local-
que aquí los escritores nacen por generación espontánea
y murmullan como iluminados en las esquinas más concurridas de esta ciudad
cargando el Ulises entre el brazo y las costillas
con caminar de palomo en celo
mastican con torpeza algún verso de Lihn
dominguero
se aplauden con ensayado arte y oficio -menos arte que oficio (en curiosa proporción)-
en vociferadas lecturas públicas
mientras se dan codazos unos a otros en la clandestinidad
...te cuento que se desgarran los versos
los mártires
y que rasgan vestiduras por cualquier tema
actual
venden unas cuantas palabras por aquí unas cuantas sonrisas por allá
paseando la pluma del brazo -la adornan la lucen-
sacan a pasear a la muchacha linda del baile por el Forestal
estrenan cortes de pelo alternativos entre Metales Pesados y Lastarria
diríase que marcan tendencia en modas locales -importadas-
con sus ropas gastadas de diseñador independiente -y joven dentro de lo posible-
se escriben se leen se aplauden se publican
se bostezan se aburren
se mueren
se olvidan
se fugan entre letra y letra del paisaje chileno