miércoles, 7 de noviembre de 2012

Ejercicio 4






y yo no quiero escribirte sobre la tristeza y el no saber de ti y no saber por qué no me escribes como si disfrutaras el saber que espero eso y no lo haces y no se trata entonces de no saber disfrutar de tu silencio y del nuestro y no te escribo entonces como para pagarte con la misma moneda que sabemos no vale nada entre nosotros y nos la pagamos igual por la inercia de los días y la dinámica del mutismo que se nos instala en la lengua y las manos y va escalando el silencio notas penitentes y continuas y sufrimos pero no tanto no más que el dolor de encontrarnos en esa frase que rehusamos leer y nos la ahorramos por eso para la posteridad de cada uno y en el lugar que habitó un futuro común y matizado de contento y de lluvia sólo se vislumbra una soledad compartida con sabor a papel en blanco ausente de risas gemidos reproches gritos maullidos silbidos en blanco deshabitada soledad fría soledad definitiva como un punto.