"..., he tratado, lo juro, me refriego el brazo, ya no me quedan uñas de tanto raerme el pellejo, ampollado lo tengo, herido, pero qué mierda vas a saber de estar harta y de estar herida si hablo sola, yo la cabeza de perra que creí que hablaba contigo, no me dejes a solas conmigo, no te vayas, te juro que me callo la boca, te juro que esta boca de perra no volverá a ladrar, ni a dar aullidos, ni a mudar la voz, ni a comer de tu mano como la hija de perra que soy"
(Hija de perra, Malú Urriola).