La orfandad de mundo
un nudo intenso
atado
al corazón.
Luego está el vacío.
Saciedad de un vacío nuevo.
El corazón lleno de vacío.
Hay un viento nuevo
agitando el latido.
Hay un viento nuevo
espaciando el latido.
Hay demasiado tiempo
muerto
entre latido y latido y
el corazón
quebrado
mancha de estupor el reloj.
Está la ausencia de las hojas
hambrientas
nacidas a su suerte tras caer del árbol.
Hay un parto asistido por el viento.
Todo parto es terrible.
La soledad va rajándolo todo a su paso.
Hay un llanto arrancado de la gruta.
Se nace a la soledad.
Está la presencia del árbol
desde su omnipotente altura
atalaya
coronando el destierro.
Y está la herida.
No hay hoja que resista demasiado tiempo el suelo.
Todo exilio es brutal.
No hay hoja que resista demasiado tiempo la orfandad.
Existe la orfandad infranquiable de las hojas en el suelo.
Hay un desprendimiento entre ellas.
Hay un desprendimiento entre ellas y el árbol.
Existe la feroz certeza de sentirse doblemente separadas
para siempre
de ese cuerpo.