(Franz Marc)
“Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar”.
(La vida es sueño, Calderón de la Barca)
La ficción vital parece ser lo central en el fragmento de Calderón. El cuento como ficción necesaria para vivir; el cuento como la vida en sí. Porque para vivir es necesario creer que se vive (que se quiere vivir). La vida es una ficción que se construye y se sostiene en la medida que creemos que se trata de algo real, que construimos la ficción de que no es una ficción. La ficción vital se vive con un velo de realidad sostenido por la ficción. Lo bonito de esta ficción vital es la capacidad del ser humano, que pareciése desprenderse de las palabras, de poder soñar lo que se es ¿y ser lo que se sueña? Si la vida es un sueño y se sueña lo que se es ¿por qué no soñarse según nuestra voluntad, nuestros deseos, nuestras necesidades? ¿por qué no soñar este sueño con mayor libertad? Con seriedad, sí, pero con una seriedad que no restrinja nuestro sueño, una seriedad que no se confunda con el miedo, sino que nos permita vivirnos/soñarnos según nuestro deseo.
Emburbujados, dentro de esta ficción vital, coexisten infinitos sueños que dependen de esta ficción primera. Si no se tiene la capacidad/voluntad de creerse el cuento de la vida ¿cómo podría soñarse lo que se desprende de ella? En la medida que soñamos/construimos nuestra vida, nuestro yo, soñamos todo lo demás.
Y como todo cuento, se vive intensamente si lo creemos. La ficción vital no es la existencia en sí, sino, nuestra necesidad de creer que vivimos. Si la vida es sueño/ilusión, la muerte sería...el no tener la capacidad de soñar (subestimar nuestros sueños), de construirnos, de soñarnos y proyectarnos según nuestra voluntad. "El hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar". El ser humano sueña lo que es, no es soñado. Es sujeto activo en la ficción y tiene la capacidad de despertar (dejar de soñar/vivir) o de seguir soñando/viviendo...el suicidio sería, tal vez, un despertar voluntario a este sueño que es la vida.