martes, 10 de septiembre de 2013

A 40 años del comienzo de la desaparición

1.   Antes que su hija de 5 años
      se extraviara entre el comedor y la cocina,
      él le había advertido: "-Esta casa no es grande ni pequeña,
      pero al menor descuido se borrarán las señales de ruta
      y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza".

2.    Antes que su hijo de 10 años se extraviara
      entre la sala de baño y el cuarto de los juguetes,
      él le había advertido: "-Esta, la casa en que vives,
      no es ancha ni delgada: sólo delgada como un cabello
      y ancha tal vez como la aurora,
      pero al menor descuido olvidarás las señales de ruta
      y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza".

3.    Antes que "Musch" y "Gurba", los gatos de la casa,
      desaparecieran en el living
      entre unos almohadones y un Buddha de porcelana,
      él les había advertido:
      "-Esta casa que hemos compartido durante tantos años
      es bajita como el suelo y tan alta o más que el cielo,
      pero, estad vigilantes
      porque al menor descuido confundiréis las señales de ruta
      y de esta vida al fin, habréis perdido toda esperanza".

4.    Antes que "Sogol", su pequeño fox-terrier, desapareciera
      en el séptimo peldaño de la escalera hacia el 2º piso,
      él le había dicho: "-Cuidado viejo camarada mío,
      por las ventanas de esta casa entra el tiempo,
      por las puertas sale el espacio;
      al menor descuido ya no escucharás las señales de ruta
      y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza".



5.    Ese último día, antes que él mismo se extraviara
    entre el desayuno y la hora del té,
    advirtió para sus adentros:
    "-Ahora que el tiempo se ha muerto
    y el espacio agoniza en la cama de mi mujer,
    desearía decir a los próximos que vienen,
    que en esta casa miserable
    nunca hubo ruta ni señal alguna
    y de esta vida al fin, he perdido toda esperanza". 


La desaparición de una familia, Juan Luis Martínez