Es bueno
quiero un sol más brillante y más puras
estrellas
resoplo en una movilidad de imágenes
de recuerdos neríticos de posibilidades
Aimé Césaire
yo me traigo toda la voluptuosidad de tus calles pegada
al zapato, ciudad, tu asfalto tejido al cabello,
y me humedece los ojos la nostalgia de haberte caminado un tiempo por ellas y otro tiempo que no caminaré
se me va derramando por los ojos/también
ya es algo más que un par de zapatos que me recuerdan tus adoquines
pegados a tu piel centenaria mis zapatos, los pies callejeados, la Boca,
me vienes a parir, Monserrat, en Buenos Aires,
estos zapatos tuyos recorriéndote las calles con fruición,
con el labio pegado a tu arquitectura de diosa en decadencia, callejeándome
en ti se me van cayendo los ojos de lágrimas con tanto beso
pesándome en la boca con tanto beso de más por tanto beso de ausencia,
que me tienes, te digo,
con el deseo cosido al pecho,
Monserrat,
qué placer caminarte de lluvia a lluvia,
me nublo-preludio- sobre ti
me invierno, Monserrat, de ti
me lluevo y lluevo para ti
me quedo,
Monserrat, en/red/ada entre tus cabellos de señora vieja.