...que viva viva...
o que me parta de esta tierra...
pero ni una queja, morena,
me gustas sin quejas
deja que se quejen de amarillo, viva,
que muerta en vida
no te quiero
más ni menos,
sólo lo injusto, que puedo,
qué puedo,
vivirme en todas
como siempre, que siempre digo siempre
sobre todo porque no se debe,
no de fantasma, que vengo
y me quedo,
esta vida me quedo un buen rato.
y no tuya desde que te inventaste un corazón
apenas latible
ni creíble tu pobre corazón
ni un brillo
una majamama petrificada que da pena, que no desborda,
no me mires, Medusa, que me río, me mar, me lago,
desde la cintura hacia abajo,
me vengo
porque yo no tengo corazón
y tú escribes mil víboras, Medusa,
y yo no miro, no tengo ojos,
por eso río, lesa,
¿no ves que no ve?
Esta cabeza no ve nada,
circula como la Justicia entre tropiezo y tropiezo,
me levanto,
me enciendo coronada de cenizas y
una roca arde en el lugar del corazón
un vacío infranqueable
que no te escucho, Desafinada,
ni con puentes,
me siento al borde de acantilados
y juego con mi lengua*
mientras mis pies se agitan
provocados de palabras
siempre en el abismo.
*Aquí la imagen remite, al menos, a dos situaciones de lo más bellas por absurdas:
a) burlarse de alguien si, en efecto, se saca la lengua la lengua y se agita unos segundos en el infinito, sacando pica (puede acompañarse empuñando ambas manos, ubicándolas una en cada sien (no dos por cien), al unísono de un balancín de muñecas (se ruega no ensuciar tal acción enunciando el ya reconocido "leru leru" (aunque suene bonito!*)).
b) o bien, a un segundo caso, en el que se saca la lengua sólo una vez, como una estocada, sólo con el objetivo de hacer de menos a alguien, demostrarle el más completo y definitivo desprecio desde la cuna hasta la sepultura.
** no se aguante las ganas y permítase vociferar ese "leru leru", que el grito le recorra el cuerpo, desde el pescuezo hasta el contre, deje la garganta en el escenario, enronquezca, pero no se silencie, nunca.