la fuente rompió
en un mar de silencio
se ha quedado seca de palabras
mutilada de deseo
ni siquiera es capaz de lagrimear
ante un público sediento de dolor
tirarles una lagrimita apenas
para saciar esas ganas sufrir
se le han quedado las palabras
atascadas
justo a la mitad de la garganta
por tener la lengua hecha un nudo
por tener el semáforo en rojo permanente
por haber una palabra accidentada en la ruta
se ha detenido el caudal
y la sequía de saliva agudiza la situación
que ya de por sí anunciaba esterilidad
en esos ojos idos al techo de la habitación
no asoma siquiera un brotecito de pena
cuando adentro le naufraga el alma
en un mar indómito
que se agita entre su carne
que le recorre los huesos la sal
que rompe en olas contra su piel
sin poder inundar esa costa suya
tan huérfana de todo