que se resistían
a desalojar la cama
entre las almohadas confidentes de tus sueños
y mis vigilias
en esas dos plazas deshabitadas
perdimos el rumbo
tú, camino a mis brazos
yo, camino a otros
no pudimos surcar los pliegues del uso
ganar la mano en el juego
trocar en risas el llanto
coronarnos las ganas de astros
nos perdimos en tiempos distintos
los relojes no perdonan los palos de ciegos
me perdiste la pista te perdí el rastro
en torpe nomadía
conquisté mi lado de la almohada
entre lágrimas en un mar de sábanas
tal vez fue muy grande la cama
La novia del viento, O. Kokoschka.