Benjamín,
la escritura, en mí (ignoro si en el resto de las personas que escriben), funciona de un modo inconstante (como la mayor parte de mis actividades salvo aquellas guiadas por el deber), podría escribir que involuntario, también, porque en cierto modo no es un ejercicio que pueda realizar de la manera que quisiera cada vez que me lo propongo (a veces quiero escribir y no logro verbalizar lo que quiero; otras quiero escribir y escribo, pero siento ajeno lo que he escrito y lo borro y podría citar algunos casos más en relación a mi experiencia sobre el no-lograr-escribir). Alguna vez escribí, a eso de mis 20 años aprox., que yo era la amante de mi escritura pues ésta venía a mi cuando podía/quería, que no siempre que yo quisiera. Luego, leyendo algo más de poesía (que de eso he escrito algo), encontré que esa imagen de la escritura como amante (en mi caso era yo la amante de la escritura, pero da igual) ya había sido tratada por otrxs en distintos textos. Y eso me ha pasado en relación a todo lo que he escrito...ciertamente "no hay nada nuevo bajo el sol" y no escribía intentando encontrar algo nuevo bajo el sol, pero al racionalizar esto algo en mi comenzó a hacer chispas (ya sabe, como de cortocircuito) en el sentido que perdí el sentido de mi escritura (que no tiene por qué tenerlo, realmente, Benja, pero que a veces resulta el creer que lo tiene para motivarse/engañarse/cuentearse con eso, sabe? Y esto sucede, por lo menos para mi, en todos los ámbitos que me existo).
Hace ya un tiempo me he dedicado más que nada a leer, y sobre todo a leer teoría literaria y creo que eso le hizo un pésimo favor a mi escritura pues comencé a ser consciente de un montón de procesos que luego, al escribir, venían a mi cabeza limitándolo todo. Muchas veces, al escuchar hablar a un escritor acerca de su obra, nos damos cuenta que el tipo conoce muy poco de lo que habla (y nótese que es su obra, eh) y a veces cometemos el error de culparlo por eso, pero, sabe? En el arte no es necesario, para crear, conocer/comprender el proceso de creación, ser consciente de ello. Ciertamente hay tipos como los que hablamos en clases (Poe, Quiroga, Cortázar y Queneau) que son creadores conscientes de su proceso escritural. Creo que en mi caso, el tomar consciencia de ello, conspiró contra ello.
A qué voy con todo esto, Benja. Voy a que usted me pide que escriba, que ya estoy sólo citando hace un tiempo (imagino que quiere leerme, pero sepa que puede leerme también a través de las citas, de las imágenes, de las canciones que son textos también) y yo me pido escribir también, pero el asunto no funciona así (ojalá fuera tan sencillo para mi) en mi. Y curiosamente, llegando a este punto, ya no sé cómo funciona para mi!!! jajajaja (sé cómo funciona en general).
El caso es que ya me tiene escribiendo aquí otra vez. Tal vez usted hubiese preferido un cuento (que sólo he escrito dos en mi vida y uno está aquí) o un poema (que de ésos tengo más), pero me ha salido este comentario/disculpa/excusa/carta. Porque mis procesos creativos son, en cierto modo, ajenos a mi.
El proceso creativo, para mi, debe darse sin ataduras, en libertad de acción o inacción, de escritura o ausencia, de voz o silencio.Yo no me siento comprometida a escribir de modo alguno. Al contrario, me siento comprometida a no escribir más (y así, la escritura nace como un acto subversivo). Puede ser por comodidad o falta de talento o por ausencia de ficción (de no creerse el cuento), no lo sé. Puede ser por convencimiento, por exceso de trabajo o enamoramiento. El caso es que quisiera querer no escribir para volver a escribir (a veces cuando una quiere mucho algo, se tupe) o bien quisiera querer escribir para no volver a escribir más.
Soy un atado de contradicciones. Eso debe saber sobre su profesora y su rollo con la escritura (que es algo más complejo que lo expuesto aquí pero que por sueño prefiero omitir)
Y lo siguiente es un regalo para usted, que le gustan las guitarras afiladas y las voces tormentosas!