sábado, 27 de agosto de 2011

La 'patafísica

"La patafísica -dice el capítulo VIII del Faustroll- cuya etimología debe escribirse                  y cuya ortografía real es 'patafísica, precedida de un apóstrofe a fin de evitar un fácil juego de palabras, es la ciencia de lo que se sobreañade a la metafísica, sea en ella misma, sea fuera de ella, extendiéndose más allá de ésta tanto como ésta se extiende más allá de la física. Ejemplo: siendo a menudo el epifenómeno el accidente, la Patafísica será, sobre todo, la ciencia de lo particular, aunque suela decirse que sólo hay ciencia de lo general. Estudiará las reglas que rigen las excepciones y explicará el universo suplementario de éste; o, menos ambiciosamente, describirá un universo que puede -y que quizá deba- verse en lugar del tradicional, ya que las leyes del universo tradicional que se ha creído descubrir son también correlaciones de excepciones, aunque más frecuentes, o en todo caso, correlaciones de hechos accidentales que, reduciéndose a excepciones poco excepcionales, no tienen el atractivo de la singularidad*
Definición: La patafísica es la ciencia de las soluciones imaginarias, que acuerda simbólicamente a los lineamientos las propiedades de los objetos descriptos por su virtualidad."

 Prólogo de "Ubú Rey", Edit. Minotauro 1957, pág.15

*¿Deconstrucción?

miércoles, 24 de agosto de 2011

Encuentro

  E. Hopper


18. Luna
"En cierto hotel, subiendo la escalera, se cruzó con ella. A la tarde su rostro parecía iluminado por la luna. Siguiéndola con la mirada (no eran ni siquiera conocidos que podían saludarse con una inclinación de cabeza), sintió una soledad como nunca había experimentado..."

23. Ella
"La plaza oscureciéndose. Su cuerpo febril, caminando alrededor. Los  grandes edificios, tantos, vagos, en el cielo plateado, las luces eléctricas de las ventanas en las ventanas enrojecidas.
Se detuvo en el cordón para esperarla. Unos cinco minutos después, con aspecto extrañamente demacrado, ella se acercó a él. Viendo su rostro, "nada, sólo cansancio". Ella sonrió. Lado a lado, caminaron por la plaza en penunbras. Era la primera vez que estaban juntos. Por estar con ella, él sentía que daría cualquier cosa.
Más tarde, en  un taxi, ella lo miró directamente a la cara. "¿Y no te arrepentirás?" El respondió escuetamente. "Ningún arrepentimiento". Oprimiéndole la mano ella dijo: "No  me arrepentiré, pero..." También en ese momento su rostro parecía iluminado por la luna".

De "Vida de un loco", Ryunosuke Akutagawa.