¿Quién sino mi chica fue la que prendió fuego a la ciudad?
¿Quién sino mi chica fue la que prendió fuego a la ciudad?
R. Lowell
R. Lowell
Me posee un fuego, ardo desde esa llama desbordada que soy, calcina su raíz, mi sombra, apagada, en su hoguera.
Que la venganza, a la luz del día, adopte una forma asesina.
He puesto una piedra en tu mano. La piedra es inefable. El sortilegio se esconde dentro de tu mano.
Afuera, alguien con tu rostro azuza a una bestia. A la medianoche, caen los antifaces. Entre un azote y otro, la bestia escupe una piedra que se ilumina.