No escribo para ti.
En mi mano tengo todo un mar ahogándose entre sus pliegues.
En mi mano tengo todo un lenguaje ahogándose entre sus pliegues.
Todo en ti es signo.
Hay algo indescifrable en todas las lágrimas.
Todas ellas van al mar
pase lo que pase.
Las lágrimas son tan invisibles como la tristeza.
Al final de todo horizonte
sólo queda el mar
sólo queda el ojo fijo
pendiendo entre tu cuerpo y el mío.
Todo cuerpo es borrado por las olas
en su lenguaje de silencio
sostenido.
Hay un pez pendiendo de este anzuelo
balanceando su cuerpo de un lado a otro del horizonte
marca un tiempo muerto
un tic tac tan muerto como el pez
se ahoga en el fondo del mundo.