De carne colectiva
“El cuerpo es un colectivo:
diapositiva estructurada en la matriz de
las
neuronas.
El cuerpo es paisaje de la mente
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/////////ZONA DE SIGNOS/////////
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Alexis Figueroa
Camus supo que el sentido no existía per se, que se trataba
de una construcción y que esta construcción depende de nuestras motivaciones,
de nuestras voluntades. Creyó que un sentido válido, para dedicar nuestra
existencia a su construcción, eran los proyectos comunes. La unión de
voluntades en pos de un objetivo común que conllevara un bienestar colectivo.
La entrega total a este proyecto colectivo permitiría una especie de comunión
de voluntades, le haría la guerra, desde la colectividad, al individualismo de
su siglo (por ello, creo, es importante relacionar el pensamiento que expone el
autor en su diario de trabajo “Carnets” con lo que ocurre en “La Peste”, por
ejemplo).
Por eso La Carnicería Punk. La escritura suele ser un
ejercicio solitario que se realiza en las islas/cuartos de nuestras ciudades.
La Carnicería Punk viene a ser, a esa imagen, una isla/cuarto compartida en la que estas voces se
comunican, ya menos solitarias, más escuchadas y sobre todo involucradas, pero nunca un taller. Un taller siempre me
supo a un espacio en el que las escrituras permanecen recorriendo cuerpos
paralelos, sin llegar nunca a conformar un cuerpo, coexistiendo de manera
circunstancial y permanente en ese espacio y ese tiempo. Formar parte de La
Carnicería implica involucrarte con la escritura del otro (escribirte y
escribirlo y dejarte escribir) en su proceso escritural, en su lectura, en la
crítica, sin un abandono de las voces “propias”, pero sí sabiéndose parte de un
proceso de transmigración dentro de ese cuarto de paredes blancas, que en otro
tiempo reunió a personas también, aunque en torno a un elemento distinto del
escribir. De todos modos, fue siempre un espacio para la carne, antes transable
y hoy autogestionada, independiente. Desde hace 5 años somos carne rebelada y
emancipada. Esa mutación de carnicería a Carnicería Punk, esa resignificación
de 5 años repartida en distintas manos, ese caleidoscopio de voces y de ecos de
voces resuenan en tu propia boca ganándole terreno al individualismo en esa
batalla de palabras y silencios.