sábado, 1 de octubre de 2011

Más alto que el sol










Anoche amaneció en el Caupolicán. Ciertamente el screamadelica (91') es considerado por muchos el mejor álbum de Primal Scream. Esa mezcla de rock, desenfado, drogas y sobre todo góspel, entre otros atributos, consigue que este disco logre llevarnos de la mano, flotando, a ratos, saltando, en otros, de un pasaje melódico a otro. En vivo, ayer, este viaje por distintas texturas musicales, adquirió dimensiones pictóricas tan potentes como las notas que componen cada tema. Ya en el pasado Rimbaud soñó con colorear cada vocal. En el año 91', Primal Scream, consigue mezclar música y colores, como si la llave de sol no abriera sólo la puerta hacia los sonidos, sino, también, hacia las imágenes, sobre todo, hacia una especie de fauvismo musical.
Tal vez, el recital podría haber sido estructurado de otro modo. En vivo se presentó tema tras tema de manera casi lineal, cerrando con tres canciones del álbum que siguió al screamadelica. El momento más elevado (get high!, diría el vocalista) del recital comenzaría con una tímida esfera amarilla emergiendo del telón de fondo, justo sobre la batería, mientras sonaban los primeros acordes de "Higher than the sun" de manera sinuosa. Entre la atmósfera alucinante y aletargada del tema se abría paso este sol que iba ascendiendo y abarcando toda la pantalla para desaparecer, tal como llegó, pero al revés, descendiendo y extinguiéndose sobre la batería. En ese momento me acordé de las tormentas solares de estos días y de su efecto sobre las auroras boreales que se ven acentuadas en su presencia. Eso. La presentación del screamadelica en vivo era una especie de aurora boreal artificial bajo los efectos de los sonidos de Primal Scream.
Otro momento, más bien emotivo, fue cuando Bobby Gillespie leyó en español unas palabras en relación a las protestas en Chile coronándolas con "Come together" (enfatizando ese "as one", en cada coro) y nosotros respondimos con los brazos en alto y el índice intentando tocar a ese "como uno".
Primal Scream sonó algo tímido en un primer momento para, canción a canción, ir alcanzando ese desenfado que no sólo es producto de su ventilada afición a las drogas, sino, a un talento descomunal para irnos haciendo partícipes de ese cuadro/show acorde con acorde, color tras/con color, un cuadro vivo, mutando(nos) momento a momento.
"Gonna get high 'til the day I die!!!"

...y rescato "Jailbird" también!
"I'm yours, you're mine..!!!"