"Por la noche pienso en mi piano en su tumba en el océano y a veces en mi misma flotando sobre él. Allí abajo todo está tan inmóvil y silencioso que me arrulla y me adormece. Es una extraña canción de cuna y así es, y es mía.
Hay un silencio donde nunca ha habido sonido.
Hay un silencio donde no puede haber sonido
en la fría tumba bajo la mar más profunda".
Ada*
"Ella decía y me juraba Que era imposible que me olvidara Pero hace tiempo que me olvidó Y desde entonces sigo buscando A ver si se ha perdido entre las flores del campo A ver si se ha perdido entre planetas girando"
Fuego.
Suena algo parecido a una sirena
mar adentro
un llanto
raja el océano en dos
nada bueno puede ocurrir
cuando la sirena deforma su boca
en grito
su lengua
en rojo
es una espada atravesada
en cada garganta
no hay mejor instrumento que la voz
en el infierno musical.
En el infierno musical
se grita con cada parte del cuerpo
cuando el cuerpo duele.
El grito es parte de esta anatomía del tormento.
Cada cuerda es un hilo de sangre
tendido entre la garganta
un fuego
y el mar.
Hay un sufrimiento en plural
en cada boca deformada por el aullido.
El infierno, en cada unas de sus flores,
duele.
El infierno es un jardín cubierto de flores de fuego
ardiéndonos en el pecho.
Tengo un fuego germinándome
en la palma de la mano.
En la punta de la lengua
tengo llagas sin clavos
ni cruces.
La palabra quema de la boca
hacia adentro
todo es una hoguera.
*Descripción de una parte de "El jardín de las delicias"